martes, 28 de junio de 2016

Ya definitivo

Me he preinscrito en la carrera de Educación Primaria en Santander. Dejaré el trabajo en septiembre y viviré del paro mientras estudio, como sea. Me voy (si consigo plaza) a Santander porque la carrera es la mitad de cara que aquí en Madrid, y además de la carrera todo lo demás: el alquiler etc. Y de los sitios que es similar de precio el sitio que más me gusta es Santander, en el norte y con mar. Además aquí en Madrid (que me de la nota) la hacen en Móstoles o Fuenlabrada, y paso de vivir en esos pueblachos horrendos o coger cada día el tren. Además estoy un poco quemada de Madrid, sé que es donde viviré toda la vida mientras viva en España, o eso creo, pero me va bien y hasta me apetece irme un tiempo, aunque si estudiar aquí fuera igual de precio que en Santander igual me quedaría, pero sabiendo que no lo es y no me es posible hacerlo aquí, con mucho gusto me voy. Si no me equivoco, de la universidad a la playa se puede ir andando, no soportaré el asqueroso calor que hace aquí y además puedo hacer la carrera en modo intensivo, osea los mismos créditos pero en tres años en vez de en cuatro. Tengo miedo de aburrirme, no de sentirme sola porque la gente que dejo aquí es igual a cero, que me importe o vaya a echar a faltar de verdad me refiero, pero sí tengo un poco de miedo de los sábados y domingos con todo cerrado, eso es lo que más miedo me da, los festivos con aspecto desolado y todo cerrado a los que me he desacostumbrado tanto y que tan mal llevo. Me ata tan poco a Madrid que lo que más me ata es mi imaginación, mis elucubraciones o """deseos""", es decir nada "real" ni lógicamente suficientemente fuerte porque sino me quedaría.
No me apetece nada estar en clase entre casi adolescentes, pero haré el esfuerzo, intentaré verme como yo veía a la gente que era mayor que yo cuando empecé a estudiar hace años, es decir, normal, o en el peor de los casos como "la que -o una de las que- es mayor que la mayoría", que tampoco pasa nada, asumirlo bien asumido para que luego no me descoloque la posible mirada de la gente, es lo único que no me apetece, interactuar con gente y encima en desigualdad de condiciones, es decir con el añadido del llamativo de ser la diferente, con lo poco que me gusta llamar la atención, pero bueno, asumirlo y superarlo, que una vez hecho me más que compensará, tres años de sacrificio a cambio de dedicarme todo el tiempo (hasta encontrar algo mejor aún) a algo mucho mejor que ahora. Al mandar la preinscripción por correo pensaba ¿será el principio de una mejora considerable en mi vida?¿podré acordarme de este momento en el futuro como determinante para bien? Estoy segura que sí, vaya como vaya no puede ser peor que lo que tengo actualmente, tengo ganas pero no nervios o incertidumbre, será mejor sí o sí.

sábado, 18 de junio de 2016

Cambiar la forma de vivir

A veces pienso cómo sería mi vida si hiciera todas las cosas que doy por supuesto que no van conmigo y que de hecho ni siquiera las he probado, como por ejemplo (por decir ejemplos al azar) fomentar la vida social, conocer gente por internet, no tener miedo a quedar con gente, ir al gimnasio, ocupar el día con cosas sin necesidad de que me entusiasmen (no se hacer cosas que no me entusiasmen, no veo por dónde cogerlo, cómo explicarme por qué lo hago) etc, a veces pienso si igual portándome igual que la mayoría de gente no sería más feliz, si no me serviría incluso para encontrar cosas que me entusiasmen, si no me han educado adrede de la manera que menos vida iba a tener, la más fácil y cómoda para ellos, la más conservadora por no decir facha, habituándome a no tener vida ni buscarla, haciéndome creer que eso es lo normal, lo que va con mi carácter, lo que está bien, y así condenándome la vida y librándose con ello de ver en los demás la vida que a ellos (él) le falta y que como en todo, tanta envidia y rabia le daría ver en los demás y no en sí, por eso se ha encargado de quitarnos la vida, tanto en casa como con su lastre, fuera, para que nadie en nada le pueda superar, en alegría y vida tampoco, nunca además, de eso se ha encargado. Hacer todas las cosas que no hago y que tengo interiorizado de manera fatal y equivocada que no van conmigo y que no me gustan, peor no puede ser mi vida, más insulsa y vacía que es lo peor que puede tener una vida no sería, así que ¿por qué no probar? contrariar lo que me han metido, necesariamente será mejor, aunque me sea violento al principio.

Lo bueno que tenía mi fin de semana no va a ser este fin de semana según parece, al final mañana he quedado con un ex-compañero de trabajo, es muy buena persona y llevo años literalmente dándole negativas a quedar, así que no me ha quedado más remedio que quedar. Intento verle el lado bueno: mañana por la tarde no tenía nada que hacer, es buena gente de verdad, se lo merece, la zona por dónde iremos me gusta, igual me lo paso bien... pero ni a tiros me apetece, no sé por dónde coger la situación, ¿para qué quedar? ¿a dónde me lleva? a ningún lado, no tengo ni un sólo punto de interés, y lo necesito, aunque sea sólo uno entre muchos inconvenientes, pero al menos uno. Lo único que se me ocurre de bueno que pueda pasar, que pase por ahí alguien por casualidad de la gente con quien preferiría estar en su lugar, ya véis que plan.

¿Os gustan mis pintas de azafata? ¿parezco una p.....? La borraré obviamente. Y me arrepentiré obviamente de haberla puesto, lo hago para ocupar mi mente, para estar haciendo algo en lugar de esperar la llamada de mis padres que sé que me van a hacer y que me provoca tantos nervios, para que pase el tiempo rápido y lo menos ofuscada con el tema, aunque sea a costa de hacer el loco y el temerario a conciencia.


jueves, 16 de junio de 2016

Manos de pianista

A las 20.00 tengo una reunión con la persona que organiza el evento ese en el cual quiere que le haga de azafata, va ella y otra que también lo organiza, estoy nerviosa por si la otra que no me conoce le dice que orcos no. Como no sé que hacer hasta entonces y quiero entretenerme para calmar los nervios voy a escribir un poco..
Lo mejor de mi día de hoy: Encontrarme en el metro y intercambiar palabras (aunque pocas, bastantes comparando con la normalidad) con la mujer interesante del trabajo. Una de las cosas que me ha dicho y animado (más porque estoy bastante bien) ha sido que está aprendiendo a tocar piano. Yo le he dicho que yo de pequeña (es naturalmente verdad) quería ser pianista, y me ha dicho sin mirármelas que podía perfectamente, que tenía manos de pianista. Me ha gustado por una parte por el hecho de decidir (en el fondo es decidirlo) decirme algo que es más bien bueno, por la descripción en si misma y por el hecho de que alguna vez haya reparado en algo mío hasta el punto de saber cómo es sin necesidad de mirarlo. Yo naturalmente tengo las suyas clarísimas (preciosas, siendo indiscreta apetece cogérselas y besárselas, del amor -en la dosis que sea pero amor-, que me despiertan) pero de mí hacia ella es normal, de ella a mí y no siendo la cara que por narices ha de vérmela si hablamos, no habría por qué, y en cambio en algún momento lo ha observado, no es que me crea que significa nada, no estoy loca ni soy tan quitagraciaalavida de tergiversar la realidad, pero para mí ya es algo que en no sé que momento haya reparado con la suficiente atención como para registrar y recordarlo. Tonterías así me ayudan a mejorar el ánimo.
Bueno me voy a arreglar..

lunes, 13 de junio de 2016

Vuelvo a reabrir ¿qué pasa?

Se siente lo loca que estoy, lo bipolar y pesada que puedo llegar a ser cambiando tanto de opinión, que si cierro y abro mil veces y mil veces más que lo voy a hacer, tenerlo en cuenta, casi siempre por culpa de pensar en los demás, en sobretodo si me van a leer quien no quiero y incluso también por el miedo a resultar pesada, como si no fuera mío y para eso pudiera hacer con él lo que me diera la gana y el responsable de aguantar o no la pesadez no fuera otro que el que entra a leer. Lo sé, pero el casi pánico que me da lo desagradable que me resulta el imaginarlo (en algún caso) me hace portarme como si no estuviera mil veces por encima de mi actitud, ya lo he observado, me rebajo y comporto por debajo de mi nivel, de mi capacidad y inteligencia, es de lo único que tiene ese "poder" conmigo, el de rebajarme de mi nivel, por mucho que me desagrade y no sepa ver ni a tiros los motivos.

Bueno, reabro porque me da la gana, porque estoy contenta, para llenar el rato y para no comer mas de lo que quiero, en vez de atraconarme, ponerme a escribir es una buena idea. Algunos de los motivos absurdos de mi ánimo:

Este finde quedo con una persona que hace tiempo que no veo y que tengo ganas de ver (de las con entusiasmo, que son las únicas que me motivan), así que estoy controlándome sin demasiado esfuerzo, no comiendo todo lo poco que debería pero sin atracarme. Hasta el día en cuestión hasta ahora ayuno líquido. Sé que lo voy a cumplir sin esfuerzo. Lo juro.

También estoy contenta porque una del trabajo me ha pedido que en un evento que organiza ella y al que le da importancia, le haga de azafata, apenas hablamos ni nos conocemos porque nos sentamos cada una en una parte y hemos hablado poco. Me alegra porque por dos días (durmiendo ahí inclusive pero bueno) te paga muy bien, y casi no has de hacer nada. Me alegra por el dinero sobre todas las cosas que me viene mas que nunca como anillo al dedo y también por que de entre toda la gente de la plataforma (y que ella conoce) me ha elegido a mí, no porque le caiga bien porque casi no hemos hablado, y sin embargo me ha elegido a mí entre todos. Para mi autoestima por los suelos ha sido un puntazo. Me ha dicho que además de por mi físico por mi temple y saber estar. Ejem... que bien me ha sentado... y no puede ser un cumplido porque si quiere quedar bien en ello, pudiendo elegir no elegirá alguien de quien no piense lo que ha dicho. Además es un evento dónde la gente que asiste hace varias actividades, entre ellas pádel y cosas así, así que será un sitio igual un poco pijo y sin embargo considera que doy la talla para un sitio así, no es que sea mi meta ni muchísimo menos (al revés de hecho) pero para mi autoestima a nivel presencia ha sido un halago.

También estoy contenta porque estoy casi decidida con mi futuro inmediato a nivel estudios etc, y lo veo realista y mejorador de mi situación actual. Tengo muchas ganas y todo.

Cambiando de tema y por que es de las cosas que me ha hecho tener ganas de escribir, he leído esto en un comentario de un blog y me ha gustado mucho, así que lo comparto, me identifico, lo entiendo muy bien, que bien le ha encontrado las palabras:

"(...)Es más fácil, te dejas querer como si te lo creyeras, quieres como si tú misma fueras fiable."

Lo dice a propósito de querer en verano, en mi caso no lo diría partiendo de ahí, pero entiendo y veo con casi las mismas palabras el empeño en querer creerte algo por el miedo (pavor) ,casi intuición además (de las peores), de a tu pesar, no llegar a tener nunca el privilegio de vivir realmente una "historia de amor", cuando intentas a la desesperaada creerte algo que te gustaría creerte y que en tu fuero más interno sabes que no es así, ni por parte del otro, ni a tu pesar (como por una especie de fatalidad que te ha tocado sin tu quererlo) por tu parte, como si no pudieras aunque quisieras creerte nada de verdad, que para mí es de las cosas peores.

Bueno, voy a dejar de escribir que me está poniendo más nerviosa que otra cosa, no sé porque, ojalá alguien me lea en este mundo...

domingo, 5 de junio de 2016

viernes, 3 de junio de 2016

Monstruo

Me odio con todo mi ser. Quiero cambiar. Son las dos frases que más ocupan mi cabeza, que más describen si tuviera que decir cómo me siento. Me odio tanto que me cuesta literalmente mirar a la gente, cada frase que me dirigen es malvenida porque he de mirar a la cara para responder, corto las conversas lo antes posible, huyo de ellas a la primera frase haciendo ver que creo que es una frase aislada mientras me voy rápido o giro a lo mío, prefiero parecer antipática y borde que no parecerlo a costa de tener que hablar más con la gente y estar sufriendo y deseando que se acabe la conversa a cada segundo que trascurre como una losa, me cuesta literalmente hasta girar el cuello para mirar a la gente, me siento hierática y antinatural, no se hacerlo, soy consciente de cada milímetro que muevo de lo incómoda que me siento, me cuesta transportar mi cara de inevitable mala ostia, de amargura, de odio, que no puedo disimular ni que me empeñe, que va hacia mí y que encima parece que vaya con los demás. Estoy convencida que mi cara da miedo, genera desconfianza, incomodidad, rechazo, distancia, porque todo eso siento yo hacia los demás cuando me hacen levantar la cara, y así reflejo lo que siento y me convierto en aquello de lo que me pongo a la defensiva. Me siento como un monstruo, grande y asustador aunque no quiera. Siento como si mi cara y cuerpo fueran ajenos a mí, los odio y maldigo como si fueran una persona fuera de mí, yo no soy así, esa que veo en el espejo no tiene nada que ver conmigo, los recrimino y maldigo por reflejar tan poco lo que soy, por ser una excepción imposible al no reflejar el interior como normalmente hace en todas las personas, por ser tan parcos, toscos, vacíos, sin vida, en comparación a lo que soy yo realmente.
Quiero ser archimegaflaca, menos superficie que odiar, menos tosquedad que quita lugar a la sensibilidad, menos odio hacia mí misma y por extensión a los demás y la vida ocupándome todo el lugar y así quitándolo a las cosas que pueden valer la pena. Casi todo lo que dejo de hacer tiene su motivo en mi odio a mi misma, diga lo que diga, me diga lo que me diga, son excusas, es el motivo de casi todo.
Finde a máximo líquidos y una única cosa sólida máximo cada día.