sábado, 24 de diciembre de 2016

Mi Nochebuena

Tengo x años y hace 12 celebro las navidades (noche buena, navidad, noche vieja, año nuevo y reyes) sola, sola quiere decir sola, es decir como un día cualquiera, que generalmente lo paso entero sola. Me importa cero, es decir, aunque pueda irme (actualmente) a Barcelona a estar con mi familia para celebrarlo no quiero. Cualquiera en mi situación se sentiría la mayor mierda del mundo, yo no, al revés.
Mi día de noche buena tiene sólo una peculiaridad que es buena, estoy sola en el piso que comparto, y aunque no salga habitualmente de la habitación, se está mejor, si he de colgar una lavadora estoy más tranquila, si he de lavar la taza del café también, y si he de ir al baño no tengo que adivinar si hay alguien por el salón a quien me pueda encontrar que me haga postergar la salida.. es todo lo bueno que me aportan estas fechas... Aun así, aunque sea lo que quiero (no celebrar esta chorrada de fiestas) no estoy contenta, al revés, hago esfuerzos por no llorar para no poder creer por nada del mundo que ni a un ápice de mí le gustaría tener algo que hacer como la demás gente, no quiero ser así, sólo querría tener algo que hacer si fuera algo que me entusiasme, sino no. Reúnen estas fechas las peores cosas para mí: familia (es decir en la mayoría de casos relaciones hipócritas que no has elegido), tradición (es decir lo contrario a evolución, carrinclonerismo, forma de unificar y adoctrinar a la gente), sentimientos falsos e impostados (escandalosamente falsos, falsos de vergüenza ajena) y mundo comercial, reinándolo y dominándolo todo.. diría que son de las cosas que en general más odio, pues se concentran todas en estas fechas tan bonitas, tan puras y tan espirituales. Las paso de largo como un día más, me fastidia que por su culpa haya días con todo cerrado porque no me gusta el aspecto sin vida que queda en las calles, pero no me deprimen más que un día cualquiera que puede ser bueno o malo, las paso con la soberana paciencia que se tiene con lo que no vale la pena ni discutir ni dedicarle tiempo, pero me desagradan enormemente de forma objetiva.
Mi noche buena la voy a dedicar a ordenar mi habitación a fondo, dejarla como una patena y luego leer compulsivamente, a falta de poder hacer cualquier otra cosa drástrica que me arrase el malestar que tengo anudado de forma cabreantemente ilógica en la garganta.

(Una personita me reconforta, me hace compañía en la máxima medida que puede, para que no me sienta sola, porque me quiere y piensa en mí en medio de su vida, cada mensaje es un bálsamo, como lo es esa personita en mi vida).

lunes, 19 de diciembre de 2016

Mediocridad de estado

A veces como ahora pienso que si tuviera la posibilidad de apretar un botón y hacer magia para no haberme ido de Madrid e incluso no haber dejado el trabajo (aunque buscara otro hasta encontrarlo) lo haría. Otras pienso lo contario, pero a veces como ahora casi podría decir que me arrepiento, no llego a hacerlo por que no lo tengo tan claro, pero casi.. No me gusta la carrera ni me apetece demasiado ser profesora, aunque me apetezca mucho más que cualquier trabajo que podría ser ahora; no me apetece vivir en Santander, echo a faltar Madrid, me apetece sentirme sola entre la gente (mientras no pueda darse algo mejor aún), sola entre las posibilidades de estar si quisiera de vez en cuando acompañada o mejor dicho estar sola pero entre la vida, no en medio de la casi nada como aquí. La misma fuerza, determinación y facilidad que tengo para hacer algo, la tengo para deshacerla y es o puede ser muy fácilmente también un problema, me refiero a cosas que por desgracia no conllevan el sentimiento que necesito para que algo me dure y de fuerza de verdad, lo que a la gente le cuesta más hacer y deshacer, a mí me cuesta menos, me cuesta demasiado poco quizás, y al revés, lo que a la gente le cuesta menos hacer y deshacer a mí me cuesta mucho más.
Me gustaría poder apretar un botón que hiciera que mi contrato de alquiler en este piso no fuera de un año, o que el botón hablara con el dueño y este le dijera que no pasa nada, que me deja irme sin pagar de más; que hiciera que mis cosas solas se empaquetaran, bajaran los cuatro pisos sin ascensor que tengo y que con tanto esfuerzo para nada igual subí; que lo llevara nuevamente todo a Madrid, que encontrara un estudio igual al menos al que estaba o mejor, sin ahogarme como ahora compartiendo piso; que encontrara en un momento un trabajo en el que a falta de gustarme, ganara más dinero y tuviera un horario que me dejara mucho tiempo libre, aunque fuera de camarera por la noche por ejemplo, para mientras no tengo ni idea de qué hacer con mi vida en este aspecto, al menos ganar algo que me permita más que subsistir; un botón mágico que en un momento me permitiera poder volver al cine, que es de lo que peor llevo aquí, no hay casi cines, ni menos en VOSE, echo a faltar muchísimo la libertad de ir al cine; un botón mágico que hiciera que me tocara la lotería y me permitiera estudiar y vivir de lo único que realmente me gustaría, sin esfuerzo ni más tiempo perdido todo. Me sorprendo y preocupo de cómo de mucho prefiero hacer esto y a la vez prefiero hacer también lo contrario: quedarme ya que estoy aquí, no volver a Madrid que también me tenía quemada y donde en realidad tampoco era feliz, acabar de estudiar la carrera aunque no me guste porque me gusta más que cualquier trabajo que pueda hacer sin ella, no echar a perder otra vez una posibilidad, no tener que decirme para siempre que otra vez me rendí etc etc. ¿Cómo puedo querer a partes iguales ambas cosas o una tercera incluso que se me pudiera ocurrir? ¿por qué no me inclino con fuerza a alguna? ¿por qué estoy bien, mal y de ninguna manera a la vez?¿por qué no tengo actualmente fuerza? ¿dónde la he dejado? ¿por que tengo las ideas tan a partes iguales poco claras? ¿por qué ninguna me tira un poco más que la contraria?¿por qué no tengo la paciencia necesaria? ¿por qué no hay forma de que deje de estar en blanco en este aspecto? Creo que en buena parte es por que no tengo la capacidad de creerme el futuro con realismo, si me lo creyera tendría más paciencia, insistiría más en el camino que me lleva  a algo aunque me cueste y probaría mas opciones que la de dejarme llevar que al fin y al cabo es lo que estoy haciendo, ahora por una fuerza, ahora por la contraria, por que ninguna me hace creer de verdad que acabaré ahí. Como dicen en la película El piano "Tengo miedo de mi voluntad, tan fuerte y tan cambiante a la vez".