Llevo días, o semanas, no muy bien de ánimos. Lo tengo normalizado (que es lo peor) pero podría decirse que un poco peor, o con mayor sensación de desprecio hacia mí. Pero ayer me reconfortaron el corazón y lo utilizaré como punto y aparte. Me llegó por correo (postal) una postal de felicitación de fiestas de mi primer gran amor (platónico), mi profesora de inglés de 2º de la ESO. Hace 4 años nos carteamos y bastante de vez en cuando wasapeamos, pero hace como un año que no recibía una carta suya. Ayer me llegó una postal suya con apenas 4 frases escritas, pero tan sinceras y bonitas que me reconfortaron todo lo que necesitaba el corazón. Pensé que en realidad, queriéndome ella, acordándose ella de mí, había cierta plenitud en mi vida, al menos una plenitud total en algo de mi vida, y por lo tanto, si eso es así, mi vida no está tan mal. (Evidentemente hay también otras cosas de mi vida magníficas). Le quise a más no poder, y 20 años después, de entre todos sus ex alumnos, sigue en contacto conmigo, me tiene cariño y se acuerda "mucho" de mí. No puedo pedir más, no podría ser más redondo para mí, si lo viera en una película me emocionaría de ganas de que me pasara a mí. Pensaba que de todas las personas que he conocido en mi vida (y no están de manera habitual, lógicamente), si hubiera de elegir de quien preferiría recibir una postal así/seguir en contacto, sería ella, y así es, con lo cual no pasa nada, están muy bien algunas cosas de mi vida y tengo mucha suerte de ser yo.
Me ha encantado lo que dice tu escrito y lo que calla. He disfrutado un montón leyéndolo. Vamos, lo he leído dos veces.
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Viniendo de tí me halaga!
EliminarContinúa escribiendo!!!
ResponderEliminar🙂🙂
Eliminar